PREPARACIÓN FÍSICA. EL ÍNDICE AGUDO – CRÓNICO (ACWR) EN EL FÚTBOL
El fútbol es un deporte que requiere una combinación única de habilidades técnicas y físicas. Los jugadores deben ser veloces, ágiles, resistentes y, sobre todo, capaces de mantener un alto rendimiento durante todo el partido. Para lograr esto, es fundamental entender y utilizar herramientas como el Índice Agudo – Crónico (ACWR o IAC). En esta entrada, exploraremos qué es el ACWR o IAC y cómo puede ser una herramienta valiosa para mejorar la preparación física en el fútbol.
¿QUÉ ES EL ÍNDICE AGUDO-CRÓNICO (ACWR O IAC)?
Uno de los métodos o protocolos aplicados para monitorizar la carga de entrenamiento, es el conocido con el nombre de “índice de la carga de trabajo aguda – crónica (ACWR)”. Las siglas ACWR corresponden a «Acute to Chronic Workload Ratio«, que en español se traduce como «Relación de Carga Aguda a Crónica«. Precisamente, este índice nos permite ver una instantánea del historial de la carga de entrenamiento y competición del atleta, pudiendo valorar su nivel de rendimiento y el riesgo de lesión en un momento determinado.
El Índice Agudo Crónico (IAC), es una métrica que se ha vuelto esencial en el mundo del deporte de alto rendimiento. En esencia, el IAC es una relación entre el estrés agudo y el estrés crónico en el cuerpo del futbolista. De forma básica y general, podemos decir que el estrés agudo se refiere a las demandas físicas que un jugador experimenta en un entrenamiento o partido específico, como sprints, saltos, choques y cambios de dirección. Por otro lado, el estrés crónico es la acumulación de esas demandas a lo largo del tiempo debido a entrenamientos repetidos y competencias.
La monitorización de las cargas de trabajo (tanto del entrenamiento como de la competición) es clave si lo que buscamos es aumentar el rendimiento de nuestros futbolistas y prevenir las lesiones de los mismos. Es evidente que en los últimos años ha surgido un aumento progresivo en el nivel del rendimiento deportivo. La exigencia del rendimiento deportivo se ha visto agravada por el número de competiciones y, en consecuencia, por el incremento de la carga total de trabajo por parte de los futbolistas. Este aumento de las cargas de trabajo (partidos), a su vez, se traducen en un tiempo de recuperación mucho más reducido, lo que supone un aumento en el riesgo de lesión. Por lo tanto, cada vez más, se hace indispensable un dominio total del control, gestión y aplicación de las cargas de entrenamiento para optimizar el rendimiento y disminuir el riesgo de lesión de nuestros futbolistas.
Es importante citar las posturas que se mantienen en la actualidad en torno al índice agudo – crónico (ACWR o IAC). Si por un parte se considera una métrica que sido ampliamente aceptada tanto por la comunidad científica (Gabbet) como en su aplicación en ámbitos de rendimiento, hay que destacar que por otra parte, el ratio agudo – crónico también ha sido fuertemente criticado en los últimos años por otra parte de la comunidad científica (Impellizzeri).
En este sentido el ACWR ha logrado un nivel de popularidad sorprendente llamativo para temas relacionados con la ciencia y sobre todo en la prevención de lesiones. El índice agudo – crónico responde a la necesidad de simplificar o encontrar soluciones simples a problemas complejos, intentando encontrar una sola variable o número que permita resolver la complejidad de un problema tan multifactorial, impredecible y con alto nivel de incertidumbre como son las lesiones deportiva.
ORIGEN DEL ÍNDICE AGUDO – CRÓNICO (ACWR)
Uno de los primeros acercamientos a esta conflictiva relación entre la carga aguda y la carga crónica la expuso Foster, quien planteó que los síntomas de enfermedades banales como resfriados en atletas altamente entrenados podía deberse a una manifestación de una gestión errónea de la carga externa a los cuales estaban siendo sometidos, por lo que la carga interna también lo reflejaba.
LA VISIÓN DE GABBET
Otros autores, plantearon hallazgos en los se observaba que la aplicación de mayores cargas de entrenamiento se asociaban a mayores tasas de lesiones. En una primera investigación de Gabbet, se observó una fuerte correlación (r-0,86) entre las cargas de entrenamiento (derivadas de la sRPE) y las tasas de lesiones de entrenamiento a lo largo de una temporada de juego en jugadores de la liga de rugby semiprofesional. Además, durante un período de 3 años, las cargas de entrenamiento reducidas redujeron notablemente las tasas de lesiones en la misma cohorte de jugadores.
El mismo autor, Gabbett, postula que los picos bruscos de carga entre semana y semana incrementa significativamente el riesgo de lesión, planteando también la incorporación de un período latente en los estímulos aplicados, ya que el riesgo incrementado de lesión derivado de los picos de cargas se realiza en las semanas siguientes a estos períodos, identificando estudios que muestran que puede existir un período latente de hasta 4 semanas después de un pico en la carga de entrenamiento y el incremento del riesgo lesional. En este sentido podríamos preguntarnos entonces, si tras esas 4 semanas posteriores a un pico de carga, podríamos seguir atribuyendo de manera tan directa la causa de la lesión al pico de carga sin importar lo realizado luego.
Esta métrica o índice propuesto por Gabbett plantea una comparación de la carga de entrenamiento aguda con la carga de entrenamiento crónica en una relación que se reduce a un índice que podría representar el estado de preparación de los atletas. Si la carga de entrenamiento agudo es baja (es decir, el atleta está experimentando una “fatiga” mínima) y la carga de entrenamiento crónico (o el promedio de las cargas agudas semanales de las últimas 4 semanas) es alta (es decir, el atleta ha desarrollado su forma física), entonces el atleta estará bien preparado, siendo así como resultado que esta relación entre carga de trabajo agudo-crónica tendrá alrededor de 1 o inferior a 1. Por el contrario, si la carga aguda es alta (es decir, las cargas de entrenamiento se han aumentado rápidamente resultando en ‘fatiga’) y la carga media de entrenamiento crónico es baja (es decir, el atleta ha realizado un entrenamiento inadecuado para desarrollar su forma física), entonces el atleta estará en un estado de fatiga. En este caso, la relación entre ACWR mostrará un valor superior a 1.
En términos de riesgo de lesión, un ratio ACWR dentro del rango de 0,8 a 1,3 podrían considerarse el “punto dulce o punto justo” del entrenamiento, o punto seguro, mientras que un ratio ACWR ≥ 1,5 representan la “zona de peligro”. Según este autor, expuesto claramente en su artículo original, para minimizar el riesgo de lesiones, los profesionales deben procurar mantener el ratio ACWR dentro de un rango de aproximadamente 0,8 a 1,3. Es posible que los diferentes deportes tengan diferentes relaciones de carga de entrenamiento-lesión y que la aplicación de estas recomendaciones en atletas de deportes individuales se deba realizar con precaución.
Este trabajo impulsor del ratio escrito por Gabbet plantea en conclusión, que si bien existe una relación entre altas cargas de entrenamiento y lesiones, la revisión expuesta en dicho planteamiento, hipotetiza y postula que el problema no es con el entrenamiento en sí, sino más probablemente tenga que ver con el entrenamiento inapropiado que se está prescribiendo siendo los aumentos excesivos y rápidos en las cargas de entrenamiento probablemente los responsables de una gran proporción de lesiones de tejido blandos sin contacto. Por otro lado, el entrenamiento físicamente exigente (y apropiado) desarrolla las cualidades físicas, que a su vez protegen contra lesiones. Este documento destaca la importancia de monitorizar la carga de entrenamiento, incluida la carga para la que están preparados los atletas (calculando la relación aguda-crónica de carga de trabajo), como un enfoque de mejores prácticas para la reducción a largo plazo de las lesiones relacionadas con el entrenamiento
En una revisión sistemática publicada en la que se incluyeron 20 casos que evaluaron la asociación de ACWR y el riesgo de lesiones en varios deportes de equipos, se dedujo que el 90% de los casos mostraron una asociación positiva entre ACWR más alto (en relación con un ACWR bajo o moderado) y un mayor riesgo de lesión. Hubo dos estudios que no identificaron ninguna asociación significativa y no hubo estudios que encontrarán una disminución del riesgo de lesiones con un ACWR alto.
Por último hay que decir que el Índice Agudo-Crónico muestra hallazgos consistentes y similares con dos métricas actuales: el PlayerLoad (métrica derivada del uso exclusivo de una marca de GPS) y sRPE siendo uno de carga interna y otro de carga externa.
SOBRE EL PLAYERLOAD – Carga Interna
La métrica «PlayerLoad» es una medida que se utiliza en el ámbito de la preparación física, especialmente en deportes de equipo como el fútbol, el baloncesto y el rugby, y se calcula utilizando datos recopilados a través de dispositivos GPS portados por los jugadores durante los entrenamientos y partidos. Esta métrica tiene como objetivo evaluar la carga de trabajo a la que se somete un jugador durante una sesión de entrenamiento o competición.
PlayerLoad no se basa únicamente en la distancia recorrida por el jugador, sino que toma en cuenta múltiples factores, como los cambios de dirección, las aceleraciones y desaceleraciones bruscas, y otros movimientos específicos del deporte en cuestión. La métrica se calcula mediante algoritmos que procesan estos datos y proporciona una cifra que refleja la demanda física experimentada por el jugador en términos de fuerza y aceleración.
La fórmula exacta utilizada para calcular la métrica PlayerLoad no es de conocimiento público y puede variar según el dispositivo y el software específicos que se utilicen para recopilar y procesar los datos del GPS en un deporte en particular. La fórmula de cálculo de PlayerLoad es una propiedad patentada de la empresa que desarrolla el dispositivo GPS.
Sin embargo, en términos generales, PlayerLoad se calcula, como hemos mencionado anteriormente, teniendo en cuenta datos relacionados con la aceleración, la deceleración, los cambios de dirección y otros movimientos específicos del futbolista. Estos datos se procesan a través de algoritmos que asignan un valor numérico a la carga de trabajo experimentada por el atleta durante una sesión de entrenamiento o competición.
La métrica PlayerLoad proporciona una comprensión más detallada de la carga de trabajo que enfrenta un jugador en comparación con métricas más simples como la distancia recorrida. A pesar de que, como se ha citado anteriormente, la fórmula exacta no es de dominio público, los equipos y los preparadores físicos suelen utilizar esta métrica para optimizar la preparación física, prevenir lesiones y mejorar el rendimiento de los atletas en deportes de equipo.
Un parámetro que empodera a los entrenadores, científicos y analistas con poco tiempo es la métrica PlayerLoad de Catapult. En términos científicos, PlayerLoad es una métrica instantánea de cambio de aceleración dividida por un factor de escala. En términos de entrenamiento, es una medida de la carga de trabajo de su futbolista.
Desarrollado en conjunto con el Instituto Australiano del Deporte (AIS), PlayerLoad mide la carga de trabajo realizada independientemente de la distancia, sin importar la correlación que puedan mantener. Esto arroja un solo número, que se puede obtener en interiores y exteriores, que proporciona una visión objetiva de la carga de trabajo de un deportista en un momento dado. PlayerLoad se mide instantáneamente (la carga de trabajo de un atleta en ese segundo) y de forma acumulativa (carga de trabajo total durante una sesión).
SOBRE EL sREP – Carga Externa
El término «sRPE» hace referencia a la «Escala de Percepción Subjetiva del Esfuerzo» en español. Esta escala es una herramienta utilizada en la preparación física y el rendimiento deportivo para medir la intensidad percibida de una sesión de entrenamiento o competición por parte del futbolista. En lugar de depender únicamente de mediciones objetivas, como la frecuencia cardíaca o la velocidad, la sRPE se basa en la percepción subjetiva del esfuerzo del propio deportista.
El método de la sRPE generalmente implica que el deportista evalúe la intensidad de su sesión de entrenamiento o competición en una escala numérica. La escala de percepción de esfuerzo más comúnmente utilizada va del 0 al 10, donde:
- 0 representaría la sensación de absoluta inactividad o descanso total.
- 10 correspondería a la máxima percepción de esfuerzo, similar a la sensación de máximo esfuerzo posible.
Después de la sesión de entrenamiento o competición, el atleta proporciona un número que representa cuánto esfuerzo percibió durante esa sesión. Los preparadores físicos y entrenadores pueden utilizar esta calificación subjetiva para evaluar y cuantificar la carga de trabajo y la fatiga del futbolista, lo que es útil para ajustar futuros entrenamientos y gestionar el rendimiento.
La sRPE puede usarse para valorar tareas, ejercicios o el global de la sesión. En este caso estaremos evaluando la sRPE de la sesión, esto quiere decir que al finalizar la sesión y todas las tareas o actividades que componen la estructura total del entrenamiento diario, el jugador le asignará una calificación de intensidad y esfuerzo que va de 0 a 10, la cual representa la dificultad, intensidad y cansancio que la sesión implicó para el atleta.
La recomendación para asignar la RPE de la sesión es hacerlo de 15 a 30 minutos una vez finalizada la sesión (Campos y Toscano, 2018). Esto se hace con la intención de no dejarse influenciar en la valoración total por la intensidad o esfuerzo de la última tarea realizada, y hacer una evaluación más precisa y objetiva una vez pasado el tiempo recomendado. Tampoco es recomendable hacerlo mucho tiempo después o incluso días después ya que puede perderse el “sentimiento” provocado por la carga externa de la sesión.
Por otro lado, la otra variable a considerar para asignar el valor de carga es la duración total de la sesión. A la RPE de la sesión se añadirá entonces el tiempo total de la sesión en una multiplicación simple, para así generar una unidad de carga llamada Unidad Arbitraria (UA); es decir que en esta fórmula se contempla el volumen de la sesión a partir del tiempo ( en minutos) y la intensidad a través de la escala RPE (del 0 al 10) para obtener un valor que se obtiene multiplicando ambos datos, y que servirá como una referencia de la que se desprenderán los demás índices a considerar para el control de las cargas.
Las UA (Unidades Arbitrarias) son valores que corresponden a un esquema lógico-mental que servirá para cuantificar la carga de entrenamiento que tiene una sesión, y que al ser registrada sistemáticamente puede irnos arrojando algunos índices relevantes sobre el proceso de entrenamiento deportivo al relacionarse y compararse con los valores de otras sesiones, semanas y meses.
Para la obtención de las UA, hay autores que prefieren no incluir el calentamiento dentro de la duración de la sesión, sin embargo, una gran mayoría concuerda con que el volumen efectivo de trabajo debería incluir el tiempo de adecuación, ya que no deja de ser una actividad que implica una carga física introductoria (Caveda, 2021), sin embargo, es posible no tomarlo en cuenta si se decide hacerlo así de forma sistemática.
Como es evidente, al ir llevando a cabo el proceso de registro, se pueden ir determinando zonas de tolerancia de cargas o valores en los que nuestros deportistas se van sintiendo más “agotados” o más “frescos”, y poder analizar todo aquello que fue sucediendo a lo largo de la semanas y meses anteriores, pudiendo diseñar patrones más personalizados.
LA POSTURA DE IMPELLIZERI
Por otro lado, en los últimos años el grupo de investigación de Impellizeri, comenzó a criticar fuertemente en estamentos científicos el ratio de Gabett. Impellizeri empezó a plantear una serie de dificultades metodologías, estadísticas y matemáticas en la asociación del ratio ACWR ratio y las lesiones.
En este sentido este grupo de investigación realizó una publicación donde evaluó sistemáticamente el concepto ACWR comparándolo con una carga de trabajo aguda aleatoria. El enfoque ACWR se enmarco de forma similar al modelo de Banister mediante observaciones estratificantes basadas en la carga crónica (CL). Probaron la utilidad de estos procedimientos de estratificación volviendo a analizar un conjunto de datos publicado anteriormente. Al hacerlo, no encontraron asociaciones significativas. También examinaron los efectos independientes de carga aguda (AL), carga crónica (CL) y su interacción; de nuevo, no encontraros ninguna asociación significativa con el riesgo de lesión, lo que sugiere que el control de la carga crónica no confiere una ventaja significativa.
Este grupo de investigadores advirtieron sobre el uso de la ACWR debido a la falta de normalización del numerador por parte del denominador y el riesgo de interferencias matemáticas. También postulan que estas advertencias han sido ignoradas en gran medida. Este grupo concluye que como el modelo ACWR encaja tan bien con las creencias populares, llegó a convertirse en una profecía autocumplida y redujo la voluntad de los científicos para evaluar críticamente la idea sobre la que se sustenta el IAC.
En conclusión los principales argumento que este grupo utiliza para fundamentar su crítica al ACWR, podrían resumirse en los siguientes enunciados:
- La relación (ACWR) es un procedimiento de re-escalado, que magnifica exponencialmente el efecto de la carga aguda.
- Una relación que utiliza promedios del numerador como denominador tendrá un desvío estándar más bajo, de modo que un aumento de una unidad en la nueva variable explicativa corresponderá a un OR de lesión (tasa de riesgo o ratio de probabilidad) más alto.
- El promedio y la tasa también causa reclasificaciones artificiales y no fisiológicamente justificadas, influyendo aún más en los resultados.
- Ni ACWR ni la Carga Aguda contienen información útil para predecir lesiones.
- Por lo tanto, los hallazgos basados en ACWR reportados en la literatura se ven afectados por interferencias matemáticas que, dependiendo de las características de los datos, resultaron en asociaciones negativas o positivas.
FÓRMULA DEL ÍNDICE AGUDO-CRÓNICO
A la hora de lograr el máximo rendimiento deportivo, debemos optimizar al máximo la carga de entrenamiento, buscando siempre lograr los máximos beneficios disminuyendo al máximo el riesgo de lesión. Por lo tanto, el “índice de la carga de trabajo aguda – crónica” nos ayudará en esta tarea, a saber lo que el deportista ha hecho hasta el momento (monitorización de la carga de entrenamiento) y para lo que está preparado.
Un IAC equilibrado es esencial para maximizar el rendimiento y minimizar el riesgo de lesiones. Si el estrés agudo supera el crónico de manera constante, un jugador está en riesgo de agotamiento y lesiones. Por otro lado, si el estrés crónico supera al agudo, es posible que el jugador no esté alcanzando su máximo potencial. En el fútbol, donde la temporada consta de numerosos partidos y entrenamientos, es crucial mantener un equilibrio adecuado.
Cuando hablamos de la mejora del rendimiento deportivo, el índice de la carga aguda-crónica es un aspecto a tener muy en cuenta, ya que nos va a dar pistas acerca de cuando el deportista se encuentra en un buen momento de forma o, por el contrario, el riesgo de lesión es alto.
A la hora de calcular el índice de la carga de trabajo aguda-crónica, podemos hacerlo tomando como referencia dos modelos. Por un lado, el modelo de media móvil, que toma como referencia el trabajo total realizado en una semana (carga de trabajo aguda) y lo compara con la media del trabajo realizado durante cuatro semanas de entrenamiento (carga de trabajo crónica). Por otro lado, podemos emplear el modelo de media móvil ponderada exponencialmente, el cual pone da mayor importancia a las cargas de trabajo más recientes, generando un índice de carga de trabajo aguda-crónica más realista, siendo específicamente diseñado para tener en cuenta el natural descenso del rendimiento del deportista durante un período de entrenamiento.
En relación al índice de la carga de trabajo aguda-crónica, cuanto mayor es el valor de este, mayor es el riesgo de que se produzca una lesión por parte del deportista. Por lo tanto, el último modelo que hemos citado anteriormente (media móvil ponderada exponencialmente), es más sensible a estas variaciones en la carga de trabajo, y por tanto podrá predecir con mayor precisión el momento en el que existe un mayor riesgo de lesión.
Los datos que empleamos para calcular el índice agudo-crónico, se basan en las mediciones basadas en la carga externa de entrenamiento (distancia total, número de sprints, peso levantado, …) e interna (frecuencia cardíaca, índice de esfuerzo percibido, concentraciones de lactato sanguíneo, niveles de CPK*, …).
*Creatinfosfokinasa (CPK): es una enzima clave en el sistema de los fosfágenos, específicamente del sistema ATP-PC, el cual es una vía metabólica que aporta energía (resíntesis de ATP) de forma inmediata, por lo tanto predomina en esfuerzos físicos de alta intensidad y corta duración, como es el levantamiento de pesas, los lanzamientos, saltos y sprints, entre otros.
El Índice Agudo-Crónico (ACWR) en el contexto de la preparación física se calcula mediante la siguiente fórmula:
Donde:
- Estrés Agudo se refiere al estrés físico experimentado en una sola sesión de entrenamiento o partido.
- Estrés Crónico se refiere al estrés acumulado a lo largo del tiempo (normalmente 4 semanas) debido a entrenamientos y competencias repetidas.
El IAC se utiliza para evaluar el equilibrio entre la carga aguda y crónica, lo que ayuda a los entrenadores y preparadores físicos a gestionar de manera más efectiva la carga de trabajo de los atletas y reducir el riesgo de lesiones. Un IAC equilibrado es fundamental para mantener un alto rendimiento y la salud de los deportistas.
Índice carga aguda-crónica: El índice o ratio de carga aguda: crónica es la relación que existe entre la carga física del microciclo actual con sus 3-6 microciclos anteriores. Para calcularlo se debe dividir la dosis de entrenamiento de la semanal actual (carga aguda) entre el valor aplicado durante las semanas previas (carga crónica).
- <0,80: carga de entrenamiento demasiado baja y riesgo de lesión relativamente alto.
- Punto justo: Según Blanch y Gabbet (2016) existe una ratio óptima del índice carga aguda: crónica que va de 0.8 y 1.3. Según sus estudios, la progresión de cargas y la relación que existe entre el microciclo actual y los microciclos anteriores debe realizarse en estas zonas para minimizar los riesgos de lesión con incrementos racionales y no excesivos. Está zona es conocida como la de “Punto justo” o “Sweet Spot”.
- Zonas de riesgo de lesión según el índice de carga aguda-crónica: Según estos mismos autores existe una importante relación entre el riesgo de lesión y el índice de la carga aguda: crónica. La zona de alto riesgo (rojo) implica un aumento excesivo de la carga física semanal en relación a la carga crónica mensual (incrementos que van de 1.50 a 2.00).
Mientras que la zona de “punto justo” ( 0.80 a 1.30) implica poco riesgo de lesión y mantiene una relación óptima entre microciclos para apuntar hacia una progresión de cargas que impliquen una mejora y estado óptimo de desempeño tras periodos de estimulación-recuperación-adaptación planificados, la zona de alto riesgo implica una zona de alto riesgo de lesión y una relación inadecuada de cargas que puede inducir el sobreentrenamiento (Blanch & Gabbet, 2016).
Hay que decir que si llevamos a cabo incrementos bruscos en la carga de entrenamiento (más de un 10 % en la carga de entrenamiento de una semana) van a provocar un incremento en el riesgo de lesión. Por otro lado, mantener cargas de trabajo crónicas elevadas, siempre y cuando se programen de forma adecuada, van a contribuir a la protección del deportista contra las lesiones.
CARGA DE TRABAJO AGUDA
Primera forma de calcular el Índice de Carga Aguda (con el índice de monotonía):
Es el índice de fatiga acumulada de forma semanal, relacionado con la carga total semanal y el índice de monotonía. Puede estar relacionado con el sobreentrenamiento y la aparición de problemas físicos y se puede calcular multiplicando el total de la carga de entrenamiento semanal por el índice de monotonía. En semanas donde encontremos altos valores de fatiga aguda y altos índices de monotonía hay mayor riesgo de sobreentrenamiento y lesión, así como perdida de rendimiento físico, por lo que es un indicador que nos puede llevar a considerar disminuir la carga y la monotonía semanal del microciclo siguiente y a generar semanas de recuperación.
Segunda forma de calcular el Índice de Carga Aguda (con el sRPE):
Esta forma de calcular el Índice de Carga Aguda es más común, como hemos explicado anteriormente se refiere a la carga de trabajo acumulada a lo largo de una semana de entrenamiento. Para calcular esta, una de las formas de hacerlo es multiplicar la índice del esfuerzo percibido* por el tiempo de la sesión. Por ejemplo, si realizamos una sesión de 60 minutos y el esfuerzo percibido que nos supuso la misma ha sido de 6 (sobre 10), la carga total de trabajo de esta sesión sería de 360 AU (unidades arbitrarias) (6 (sRPE) x 60 minutos).
*INDICE DEL ESFUERZO PERCIBIDO (sRPE): Para calcular este índice, se suele emplear la escala de Borg. Es un sistema de percepción del esfuerzo dividida, en principio, en 20 niveles, pero que luego se simplificó bajándolos a 10. El 0 se corresponde con el reposo absoluto, y la intensidad va aumentando hasta llegar al 10, que sería un esfuerzo muy muy duro.
CARGA DE TRABAJO CRÓNICA
La Carga Crónica implica la acumulación de la fatiga de entrenamiento durante un periodo de tiempo (3-4 microciclos), y básicamente lo calculamos a través de la media de los índices de fatiga aguda de las 4 últimas semanas. Este valor nos permite visualizar cuanta fatiga estamos generando mensualmente y también nos sirve para verificar el índice de adaptación que se va dando semana a semana.
Esta suele ser la media de la carga aguda a lo largo de 4 semanas. Con ello, obtendremos un valor claro del trabajo realizado en ese período de tiempo. Pongamos un ejemplo:
- Semana 1: 1000 AU
- Semana 2: 900 AU
- Semana 3: 1200 AU
- Semana 4: 1500 AU
Con estos datos, calculamos la media de la carga de trabajo de las 4 semanas:
(1000 + 900 + 1200 + 1500) / 4 = 1150 AU
CONCLUSIONES Y OBSERVACIONES SOBRE EL ÍNDICE AGUDO-CRÓNICO
- La monitorización de la carga de entrenamiento y la conceptualización de carga externa e interna preceden al ACWR.
- La monitorización de la carga interna de entrenamiento es un indicador interesante de como el sujeto está afrontando la carga externa
- El ACWR puede ser una herramienta más en la interpretación de la gran cantidad de datos con relación a la carga y lesiones, pero no tiene mayor peso que otros indicadores como el Strain index, el índice de monotonía, la carga absoluta y la carga relativa a la tarea, el cambio entre semanas, la relación con el wellness , etc.
- El índice Agudo-Crónico podría ofrecer de manera rápida y visual una ayuda al deportista poco entrenando en la aplicación de cargas de entrenamiento a mantenerse dentro de las progresiones lógicas dictadas por los principios del entrenamiento de la sobrecarga progresiva, de periodización y de continuidad.
- Una carga aguda con una variación de mas del 50% de la carga que ese sujeto viene recibiendo (el 1.5 del ratio) puede resultar un argumento en relación al riesgo de lesión y de disminución del rendimiento.
- Este ratio podría tener mayor impacto en la monitorización de deportes individuales con mayor control de variables de entrenamiento, de tolerancia a la carga y de recuperación así como las características individuales del deportista y por el contrario menor impacto real práctico en deportes de equipo con altos niveles de incertidumbre en su característica y las interrelaciones de las mismas, como el futbol, rugby, basquet etc.
- La relación entre carga y lesiones es tan compleja e individual que no se explica por un solo un valor, y por el contrario resulta una ilusión mirar solo ese ratio.
- No debería asociarse de manera causal este ratio a la presencia de una lesión ya que en muchos casos este ratio permanece alto y no produce lesión.
- No está clara la ventana temporal que debe estudiarse y que podría ser la que mejor represente la relación entre carga crónica y carga aguda por un lado y tampoco la ventana temporal pronostica de causalidad para cada tipo de lesión.
- El ratio ACWR no predice quién y cuándo se va a lesionar, además resulta cuestionable su único uso como estrategia de prevención de lesiones.
- El entrenamiento entendido como la aplicación holística de carga externa y su asimilación individual (carga interna) sigue siendo eficazmente desarrollado y contenido heurísticamente por los principios del entrenamiento que fueron propuestos hace ya varias décadas y que pareciera, a la luz de reciente publicaciones en algunos ámbitos, haber sido descubiertos recientemente.
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Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Entrenador UEFA Pro de Fútbol. Técnico Deportivo Superior de Fútbol
Analista de Equipos y especialista en procesos Scouting de Futbolistas
Beca Formación de Jóvenes Futbolistas. INEF – CAFE de la Universidad de Lleida
Postgrado en Dirección Centros Educativos
Piloto Profesional de Drones en escenarios STS1 y STS2
Autor del libro: «Métodos de Entrenamiento aplicados al Fútbol. Metodología del Fútbol»
Fundador de la Plataforma Online: Fútbol & Entrenamiento
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